© Brad Feinknopf
Los Techos Verdes contribuyen a que las ciudades esten más saludables y son una verdadera y lógica opción al momento de considerar el diseño de edificios verdes en zonas urbanas.
Se trata de un sistema de capas que incorpora el uso de vegetación sobre cubiertas de techos, proporcionando beneficios sociales, económicos y para el medio ambiente, especialmente en áreas urbanas. Puede además incorporar nuevas tecnologías, tales como de agricultura urbana o producción de alimentos, sistemas de reciclaje de aguas o la instalación de paneles solares.
Vía tici9cvidal
El techo verde busca devolver a los habitantes lo que se perdió en el desarrollo humano, para lograr un mejor uso de la ciudad, edificios más eficientes y considerar los ecosistemas como parte valiosa para nuestras comunidades. Existente en Europa desde hace décadas, fue desarrollado desde mediados del 1800 para efectos estéticos y a un alto costo, pese a haber sido parte de la arquitectura vernácula durante siglos.
Vía Bp
Se fue aplicando en forma masiva desde los años 60 del siglo pasado, en Alemania, donde se reconocieron sus beneficios ecológicos y para el medioambiente. Alemania, que sigue siendo líder en este tema, cuenta hasta ahora con aproximadamente el 15 por ciento de sus techos planos y con cubiertas vegetales (13,5 millones de m2 aprox.). Norteamérica, desde los años 90, ha ido incrementando la investigación sobre el tema y su uso, principalmente en colegios, edificios municipales y oficinas. Esta tendencia ayuda a contribuir al mantenimiento ecológico en el ambiente urbano, lo que ha impulsado a ciudades como Vancouver, Chicago, Stuttgart, Singapur y Tokio, a generar leyes que obligan a cubrir el 20% de las terrazas de los edificios con plantas.
Vía bligoo
Por medio de la utilización de terrazas y azoteas para ubicar jardines, se emplea un sistema compuesto por un mínimo de tres capas. La primera capa es de aislación, la segunda es para el crecimiento de las plantas y la tercera es de irrigación.
Vía revistaCA
Principales características:
- Logran reducir el CO2 del aire y liberan oxígeno.
- Reducen la cantidad de calor absorvido del sol que luego es liberado por los edificios al medio ambiente. (“efecto de isla de calor urbano”).
- Aislan los edificios, manteniendo el calor durante el invierno y el frio durante el verano, lo que permite un ahorro energético.
- Regulan el escurrimiento del agua ya que retienen las aguas pluviales.
- Permite mejorar el paisaje.
- Favorecen la biodiversidad en el medio ambiente urbano.
- Aislan el ruido exterior.
Las principales razones para su utilización tienen que ver con el ahorro de energía, sus propiedades como excelente aislador térmico y los beneficios en el control de las aguas lluvia, lo que justifica económicamente su masificación.
Aislación Térmica: los diferentes componentes del techo y sus propiedades, contribuyen a la eficiencia térmica de éste: el hecho de no estar expuesto directamente al sol, la evaporación de agua de las plantas y del sustrato (medio de crecimiento de las plantas), la aislación adicional y los efectos de la masa térmica. Se ha comprobado que el techo verde puede llegar a reducir la demanda energética en un promedio de 66 por ciento al año. Si bien el funcionamiento del techo en verano es mucho más eficiente, en invierno disminuye, aunque sin dejar de aportar beneficios térmicos. En el gráfico podemos comparar el comportamiento de un techo plano con respecto uno verde, la fluctuación de temperaturas en el segundo caso es mucho mas estable y controlada.
Vía revistaCA
Control de aguas lluvias: Utilizado en muchos países por esta razón, el techo verde, gracias a su capacidad de absorción de agua, resulta una buena opción para mitigar el impacto de las lluvias y las posteriores inundaciones en la ciudad. El techo absorbe la mayor parte del agua caída y la libera en forma gradual, más tarde. Lo que es absorbido por el techo es liberado luego a la atmósfera vía condensación y evapo-transpiración, dejando los contaminantes en la tierra, mejorando la calidad del aire y evitando la contaminación de los cursos naturales de agua. En el gráfico podemos comparar la superioridad en cuanto a absorción entre un techo plano común y uno verde.
Vía revistaCA
Los techos verdes pueden ser clasificados en tres categorías.
Los techos intensivos son de más de 20 cm de espesor, requieren un refuerzo en la estructura, son de tipo parque con fácil acceso y pueden incluir desde especias para la cocina a arbustos y hasta árboles pequeños, requieren mucho trabajo, irrigación, abono y otros cuidados.
Los techos extensivos, fluctúan entre 2 y 15 cm de espesor, y están diseñados para requerir un mínimo de atención, tal vez desmalezar una vez al año o una aplicación de abono de acción lenta para estimular el crecimiento. Se los puede cultivar en una capa muy delgada de suelo; la mayoría usa una fórmula especial de compost o incluso de “lana de roca” directamente encima de una membrana impermeable. Se habla a veces también de un sistema
semi-intensivo que tiene un espesor entre los 15 y los 20 cm.
0 comentarios:
Publicar un comentario en la entrada
TeCHos VerdeS
Muchos expertos también matizan que el futuro en este contexto significa empezar desde ya a introducir cambios tanto en las edificaciones nuevas como en las ya existentes.
-Tan sólo en cuanto a impacto de carbono, en el mundo desarrollado los edificios y casas están un 90% por debajo de lo que deberían-, señala Alisdair McGregor, de la firma global de ingeniería y diseño Arup.
McGregor añade que el objetivo del Instituto Americano de Arquitectos [AIA] es conseguir que para 2030 todas las nuevas construcciones tengan un -impacto cero-.
Pero las emisiones de carbono constituyen sólo uno de los muchos aspectos en los que los edificios pueden contribuir a mejorar el medio ambiente, ya que se estima que un 40% de la energía total que se consume en Estados Unidos se utiliza para los edificios [residenciales y comerciales].
Glen Salas, ingeniero sénior de la organización Sociedad para la Tecnología Avanzada [PATH], hace referencia a un estudio del año pasado de la entidad McGraw-Hill Construction, según el cual para 2010 entre el 40% y el 50% de las casas serán verdes —conteniendo al menos de tres a cinco componentes con esas características— frente al 2% de 2006.
Por el momento, ya varios estados —como California, Nueva York y Wisconsin— ofrecen algunos incentivos importantes hacia la inclusión de sistemas de energía eficiente y positivo impacto medioambiental.
Además, algunos propietarios consideran este tipo de mejoras como una inversión que añade valor al inmueble.
-Nosotros planeamos vender la casa como en unos tres años, pero creemos que una ventaja añadida cuando salga al mercado será contar con paneles solares-, dice Mónica Sherman, de Chino, California, quien acaba de reinvertir 28 mil dólares sacados de la plusvalía de su vivienda en instalar el sistema que permitirá que el sol sea la principal fuente de energía de la vivienda.
Paul Scott, experto en eficiencia energética de la firma EE Solar, de Pomona, comenta que en promedio se tarda entre ocho y 12 años en amortizar —mediante los descuentos en la factura eléctrica— este tipo de instalaciones solares, a partir de los cuales el ahorro es para siempre.
-Mi factura de la luz del año pasado fue de menos de 50 dólares y eso debido a las tarifas por el uso de contadores más que al consumo-, dice Scott, matizando que eso incluye toda la energía de su casa y la de su automóvil eléctrico.
Claire Boham-Carter, directora regional de Desarrollo Sostenible de Faber Maunsell, firma que está trabajando con el gobierno británico en un proyecto de mejora energética, comenta que en la Unión Europea [UE] existe ya un sistema de calificaciones de la A a la G que indica en qué medida la residencia o edificio en cuestión es -eficiente- y respetuoso del medio ambiente.
-Se trata de una directiva que todavía tiene que desarrollarse en los diferentes países de la UE, pero significará, entre otras cosas, que el valor de mercado de las viviendas va a verse pronto afectado por esa calificación-, dice Boham-Carter, sugiriendo que lo que ya está sucediendo en Europa puede ser una pista de lo que podría pasar pronto en Estados Unidos.
Según PATH, a pesar del peso de la construcción residencial en la economía del país, las inversiones en mejoras tecnológicas en esta industria son mínimas.
Esta organización reporta que puede tomar entre 10 y 25 años para que una nueva tecnología residencial penetre completamente en el mercado.
-La razón principal es que los constructores no están familiarizados con las nuevas tecnologías y se resisten a probar algo nuevo-, dice Salas.
El ingeniero añade que aunque construir de forma -más verde- puede incrementar los costos, también en muchos casos ocurre lo contrario.
-Las viviendas total o parcialmente construidos en fábrica cuestan menos porque se hacen más deprisa y generan menos residuos-, comenta Salas, quien explica que el aislamiento con que cuentan muchos de estas viviendas puede reducir los costos del sistema de calefacción y aire acondicionado entre un 30% y un 40%.
Dichos ahorros, y la buena conciencia que crea el uso de sistemas y productos beneficiosos para el medio ambiente, son cada vez más apreciados por los consumidores.
-Muchos compradores los valoran con tanto o más interés que el estado de los baños o de la cocina-, dice Scott, subrayando que la actitud de los consumidores está siendo decisiva a la hora de impulsar la demanda de -casas verdes-.